MAZAHUAS Y OTOMÍS


Grupo étnico otomí

Este grupo ha conservado su lengua y según el censo de 1990, hay cerca de 400, 000 otomíes. La mayoría son bilingües, durante siglos han conservado su lengua hñahñu, esta palabra se forma de ñä que significa hablar y de hñü que viene de xiñu, nariz entonces hñähñü puede entenderse como los que hablan utilizando más palabras con sonidos que se emiten con la nariz.
Es así como también podemos saber que Apegándonos al criterio lingüístico, los otomíes habitan, en 14 de los 121 municipios del Estado de México.

En orden de importancia están Toluca, Temoaya, Jiquipilco, Morelos, Otzolotepec, Chapa de Mota, Lerma, Aculco, Amanalco, Huixquilucan, Xonacatlán, Timilpan y Zinacantepec. La mayoría de estos municipios se ubican en dos regiones: la noroeste, Atlacomulco-Timilpan, y la región centro, Toluca-Lerma.

El tipo de alimentación de los otomíes ha ido evolucionando con el paso del tiempo ya que antes solo contaban con pocos pero muy naturales vegetales y como ya sabemos todos la obtención de la comida se realiza en el tianguis de cada comunidad  y ellos manejan dinero en efectivo y algunos otros también realizan el trueque, que es el cambio de alimentos por materiales que tienen a su alcance como por ejemplo cambian cal por carbón o cambian maíz por lechugas y así ellos obtienen los elementos para realizar su comida.
La actividad tradicional de los otomíes es la agricultura, dedicada especialmente a la producción de maíz para el autoconsumo; también siembran frijol, chile, trigo, avena, alfalfa, cebada, papa y haba. Los cultivos se realizan con técnicas y herramientas tradicionales.

También se practica la ganadería lanar, porcina y equina. Como complemento de la subsistencia familiar se crían animales de traspatio, como guajolotes, gallinas y pollos. La cifra exacta de cuanto ganado tienen no es exacta pero según el INEGI, cuentan con al menos un animal de cada especie domestica y algunos trabajan en ranchos pero solo es eso trabajo no son animales propios.

La caza furtiva y la deforestación en la región han originado que diversas especies de flora y fauna se encuentren en peligro de extinción. Ya que se dedican a la venta de leña a preparar sus terrenos para la siembra y también realizan artesanías como ollas de barro, papeleros,  molcajetes los cuales les sirven para preparar sus alimentos.

La alimentación básica de las familias otomíes consiste en tortillas de maíz, frijoles, huevo, quelites, quintoniles, pápalo, malva, queso y, en algunas ocasiones, carne de pollo o de res, claro acompañados de una buena salsa de molcajete y otros alimentos.

En cuanto a bebidas, acostumbran tomar café, atole, té de diversas hierbas, refrescos y pulque, cerveza.

Existen otomíes que han sobre salido gracias a sus actividades y es por eso que también han tenido que salir de su territorio a buscar trabajo o a vender sus productos que ellos cosechan y también de los animales que crían y engordan.

 Los otomíes, sin embargo, mantienen los vínculos con sus lugares de origen, a donde regresan periódicamente, e incluso acuden a sus parcelas en temporadas de trabajo en los cultivos.

 Las hectáreas que siembran en un censo realizado recientemente son de 1000 y están distribuidas en los diferentes municipios del estado de México por ejemplo en Jiquipilco se siembran alrededor de 20 hectáreas de las personas otomíes y siembran lo que es el maíz, el haba,  El trigo y algunos otros alimentos.
La producción anual varia en los últimos años se han recogido de 6 a 8 toneladas de maíz según la temporada que haya sido es decir si el temporal fue bueno o malo y de los demás alimentos que siembran es menor cantidad ya que son cosas que van desapareciendo ya que la sociedad no se ha preocupado por crecer la siembra de estos.
Salud
Los otomíes clasifican el origen de las enfermedades en dos niveles: las de origen natural y las de origen sobrenatural. A las primeras, las combaten con medicina alópata; las segundas forman parte de la cosmovisión del grupo. Para los otomíes, los orígenes de las enfermedades tienen una base mágico-religiosa; para curarse acuden con terapeutas tradicionales, como son las parteras y los hueseros, hierberos y rezanderos. Las familias otomíes utilizan plantas medicinales para curar sus males.

Hoy en día, la población otomí es atendida por diversas instituciones de salud como el IMSS, DIF, Secretaría de Salud e ISSSTE, a través de pequeños consultorios, clínicas y hospitales que se ubican principalmente en las cabeceras municipales.
Vivienda
La vivienda original otomí ha cambiado constantemente. Los materiales tradicionales como el adobe, el tejamanil y la madera, han sido sustituidos por materiales más modernos. Actualmente las viviendas son de dos o tres cuartos, cocina, sala y comedor; las paredes están construidas con tabique o tabicón, los techos son planos y de concreto y las puertas y ventanas son de fierro.

 La mayor parte de las viviendas cuenta con su cocina tradicional que conserva el "fogón" colocado en el suelo, que es un espacio pequeño en forma circular rodeado de cuatro o cinco piedras. La distribución del espacio en el cual están construidas las viviendas otomíes se divide en casa-habitación, cocina tradicional, patio, huerto familiar, granero o sincolote, donde se guarda el maíz, y corrales para animales de traspatio.

Artesanías
Desde 1970 se ha impulsado la producción de tapetes de lana, los cuales son fabricados especialmente por las mujeres otomíes del municipio de Temoaya. Los molcajetes y metates de piedra negra se elaboran en el municipio de Acambay, donde también se hacen bolsas de paja de trigo, sombreros de palma, canastas y sillas de tule. En algunas localidades de Toluca se hacen piezas de alfarería y ayates de fibra de maguey, mientras que en Otzolotepec se producen fajas, manteles y servilletas tejidas a mano. En Xonacatlán sobresalen los textiles elaborados en telares de cintura.

Territorio
El territorio en el que habita el grupo otomí cuenta con diversas formaciones montañosas, cerros y valles, alturas que fluctúan entre 1 000 y 3 300 m, climas fríos y climas templados subhúmedos. En temporadas de trabajo en los cultivos.

Organización social
La familia nuclear formada por el padre, la madre y los hijos, constituye la unidad básica de las comunidades de este pueblo indígena. La autoridad principal está representada por el padre, quien, con la madre, educa, enseña y transmite las costumbres y hábitos culturales del grupo. Cada miembro de la familia tiene bien definido su trabajo. Los hombres cultivan la tierra, construyen y reparan la casa, cuidan el ganado y participan en el trabajo comunitario; las mujeres elaboran los alimentos, limpian la casa, lavan la ropa y crían los animales domésticos. En los tiempos de siembra y cosecha toda la familia participa en esas actividades.
Religión
Las prácticas religiosas de este pueblo son una combinación de elementos católicos y prehispánicos, sincretismo que guía las concepciones del grupo, como son el culto a los muertos, la creencia en ciertas enfermedades, los sueños y anécdotas que prevalecen en la vida otomí.

La mayor parte de esta población profesa la religión católica y son muy apegados a la veneración de diversas imágenes cristianas; en los últimos años se ha incrementado la presencia de grupos religiosos protestantes en las comunidades otomíes.
Fiestas
Las fiestas que celebran los otomíes del Estado de México se enmarcan en el calendario religioso católico. Festejan a la Virgen de la Concepción, San Pedro, San Miguel, San Juan, Virgen de Loreto, Santiago Apóstol, el señor del cerrito, la virgen de Guadalupe y otros más.

 Para llevar a cabo una fiesta, en cada comunidad se forma una comitiva, la cual se encarga de recolectar una cooperación en cada barrio o cuartel. El dinero recolectado se utiliza para la compra de adornos, juegos pirotécnicos, comida y música. Un autor señala que los rituales festivos se convierten en un espacio que permite a los otomíes reencontrarse con los suyos. En estos festejos, su participación se debe a un compromiso de fe y a un sentido de cohesión étnica.

El grupo otomí es uno de los grupos que participan en la festividad del señor del cerrito en la comunidad de santa cruz Tepexpan y vienen desde mucho tiempo atrás a danzar y adorar al su dios.



Grupo étnico mazahua

La palabra mazahua proviene del nombre del primer jefe de este pueblo que se llamó Mazatlí-Tecutli; hay quien piensa que se deriva del náhuatl mázatl, "venado", o bien de Mazahuacán "donde hay venado" que es el nombre del lugar de origen de este pueblo.
Localización
La región mazahua está situada en la parte noroeste del Estado de México y en una pequeña área del oriente del estado de Michoacán. Su topografía se caracteriza por contar con un sistema montañoso de mediana altura. Los municipios que componen la región mazahua son 11, de los cuales 10 se localizan en el Estado de México: Almoloya de Juárez, Atlacomulco, Donato Guerra, El Oro de Hidalgo, Ixtlahuaca, Jocotitlán, San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Villa de Allende y Villa Victoria.
Esta región limita al norte con el estado de Querétaro y con los municipios de Acambay y Timilpan del Estado de México; al sur con los municipios de Zinacantepec, Toluca, Amanalco de Becerra, Valle de Bravo e Ixtapan del Oro; al oriente con los municipios de Temoaya, Jiquipilco y Morelos; y al poniente con el municipio de Morelos en el estado de Michoacán.

Según el Censo de población de 1990, el número de hablantes de mazahua  es de 114 294 en el Estado de México, y colocan a este grupo indígena como el más numeroso de la entidad.   
La mayor parte de los mazahuas se asientan en una superficie de aproximadamente 2 000 km. Los límites geográficos de esta zona están formados por las montañas situadas al occidente del valle de México y los valles de Toluca y de Ixtlahuaca. Los municipios más importantes habitados por el grupo son: Acambay, Atlacomulco, El Oro, Ixtlahuaca, Socotitlán, San Felipe del Progreso, Temascalcingo y Villa Victoria en el Estado de México, y Angangueo, Ocampo, Susupato, Tlalpujahua y Zitácuaro en el de Michoacán. 

La región en la que habita el pueblo mazahua presenta un sistema montañoso constituido por pequeñas cordilleras de mediana altura que forman parte de la Sierra Madre Occidental y ramificaciones de la Cordillera Neovolcánica; éstas dan origen al sistema montañoso de San Andrés que recorre los municipios de Jocotitlán, San Felipe del Progreso, Atlacomulco y El Oro. Encontramos también planicies escalonadas importantes para la agricultura.
Los suelos característicos son tierras negras de poca profundidad y textura caliza-arcillosa y arenosa que son fácilmente erosionables. Se encuentran contrastes en la región: áreas boscosas y otras semidesérticas o con un alto grado de erosión. Algunas montañas están cubiertas por bosques de árboles maderables.

La caza furtiva y la deforestación en la región, han originado que las especies de flora y fauna se encuentren en peligro de extinción.

La actividad productiva tradicional es la agricultura. El censo de 1990 nos proporciona los siguientes datos: la población económicamente activa (PEA) alcanza el 39.3%; de ésta, el 40% se ocupa en el sector primario, es decir, en actividades relacionadas con la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; el 32% en el secundario que se relaciona con la manufactura de artesanías y el empleo en la industria de la construcción y el 28% en actividades vinculadas al comercio y servicios.

El pueblo mazahua produce principalmente maíz y, en menor cantidad, frijol, trigo, cebada, avena y papa; en algunos municipios cultivan chícharo, hortalizas y flores. La producción es básicamente para el autoconsumo. La actividad pecuaria es de baja escala, constituye un apoyo importante para la economía familiar, principalmente la cría de ganado ovino y bovino.
Los mazahuas realizan lo que son las ventas de sus alimento que siembra como lo es el maíz y cada padre de familia cuenta con determinado numero de hectáreas y como sabemos la producción varia de acuerdo a la manera de siembra ya que si es de riego puede lograrse de una hectárea unas 7 toneladas de maíz y si es de temporal solo podemos alcanzar unas 7 toneladas, este maíz es para consumo propio o también lo ponen a la venta para poder seguir sobreviviendo ya que es su fuente de ingreso.
Las actividades productivas las realizan en forma familiar y recurren a sus parientes más cercanos en la época de mayor trabajo en los cultivos. Utilizan herramientas tradicionales como mulas y bueyes en las labores agrícolas; en las mesetas y valles recurren al tractor para la roturación, barbecho, rastra y apertura de surcos, y en algunos casos utilizan también la sembradora.
Debido a la altitud de la región, los inviernos son fríos y las noches frescas, incluso en verano. Las lluvias se presentan a finales de la primavera y en el verano, mientras que la estación de secas corresponde al otoño e invierno.  

La agricultura es la actividad económica fundamental de los mazahuas. Los cultivos más importantes son el maíz, maguey, frijol, trigo, haba, cebada, zacatón y algunos frutales como la manzana y la pera. La producción de alimentos es insuficiente para la subsistencia, debido a la carencia de riego, la mala calidad de los suelos y su degradación, la falta de rotación de los cultivos y el uso inadecuado de fertilizantes, además de lo reducido de las parcelas. Así, los alimentos son adquiridos con los ingresos provenientes de la venta de aguamiel, pulque, artesanías, resinas y sobre todo, con los del trabajo asalariado en lugares circunvecinos y en la ciudad de México. 
La tenencia de la tierra varía dentro de la región. En algunos lugares predomina la propiedad privada, como es el caso del municipio Donato Guerra. Un jefe de familia puede tener una o varias fracciones de terreno, muchas veces alejadas unas de otras.  

El trabajo agrícola es realizado por hombres y mujeres, aunque éstas desarrollan las tareas menos fatigosas. Sin embargo, cuando el esposo emigra, corresponde a la mujer y a los hijos mayores hacerse cargo del cultivo de la parcela. Otras importantes labores ejecutadas por las mujeres son la extracción del aguamiel para preparar el pulque el cuidado de los animales domésticos y el acarreo de la leña. 
La ganadería mayor es prácticamente inexistente, pero la mayoría de las familias cuentan con algunas ovejas o cabras, puercos y, casi sin excepción, con gallinas y guajolotes. 

Algunos bosques sirven para la extracción de madera la cual se explota por medio de compañías que pagan un determinado derecho de monte a las comunidades en las que se realiza la extracción. Sin embargo, esta actividad no ha generado suficientes empleos, ni tampoco ingresos directos por concepto del pago de los derechos y utilidades percibidas. Los mismos se aplican a obras de beneficio social. 

Toda esta problemática económica ha propiciado la emigración temporal y permanente de mujeres y hombres, siendo la tasa de la misma una de las más altas entre los grupos indígenas del país. Es común que el hombre se emplee como peón agrícola en los lugares cercanos o como albañil u obrero en los centros urbanos, principalmente en la ciudad de México. Las mujeres se emplean como sirvientas o se dedican a la venta de los más variados productos en la propia ciudad de México, en donde se les conoce como "las Marías". 

La vivienda tradicional mazahua tiende a desaparecer; este tipo de construcción consistía en una choza de cuatro postes de madera con paredes de barro y techo de zacate. En la actualidad, las casas son de barro con techo de teja; existen otras mejor construidas con paredes de adobe pintadas, ventanas con vidrios y techo de teja.

Muchas viviendas tienen adoratorios familiares en el exterior, que consisten en un local con paredes de barro pintadas de blanco con techo de paja. 

En los principales municipios en los que vive la población mazahua los servicios intradomiciliarios son deficientes, principalmente en San Felipe del Progreso, Villa Victoria y Acambay.    

Un importante recurso humano para la salud lo constituyen los terapeutas tradicionales mazahuas; actualmente, la mayoría de ellos se agrupa en la Asociación de Médicos Tradicionales del Estado de México T'Zicumu, A.C. (AMTEMT). Esta asociación, cuya sede se encuentra en Atlacomulco, fue creada en mayo de 1991 y cuenta con 85 médicos tradicionales de 16 comunidades de los municipios de Acambay, San Felipe del Progreso y Temascalcingo. El objetivo principal de esta organización es el de rescatar el conocimiento médico tradicional y buscar su legalización, además de realizar cursos de actualización, crear un jardín botánico regional y establecer farmacias comunitarias. 
Artesanías
Los municipios que cuentan con una mayor actividad artesanal son: San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Ixtlahuaca y Atlacomulco. En distintas localidades de la región se confeccionan cobijas, fajas, tapetes, cojines, manteles, morrales y quexquémitl de lana. En San Felipe del Progreso y Villa Victoria hay pequeños talleres en los que se fabrican productos con la raíz de zacatón, como por ejemplo, escobas, escobetas y cepillos.

En Temascalcingo se producen piezas de alfarería de barro rojo y loza de alto fuego, como cazuelas, ollas, macetas y crisoles. En Ixtlahuaca las familias tejen, a mano o en máquina, con hilo de acrilán o lana, guantes, bufandas, pasamontañas y suéteres. En Atlacomulco hacen sombreros de paja de trigo. En San Felipe del Progreso hay personas que se dedican a la elaboración de piezas de plata como arracadas, anillos, collares y pulseras; en distintas ocasiones han recibido premios por la técnica y belleza de sus productos.

Cosmogonía y religión
Las características actuales de la religión de este pueblo son una combinación de elementos católicos y prehispánicos, sincretismo que guía algunas concepciones del grupo, como son el culto a los muertos, la creencia en ciertas enfermedades, la vida cotidiana y la importancia de los sueños que prevalecen en la vida mazahua.

Fiestas
Las fiestas que celebran los mazahuas pertenecen al calendario religioso católico. En cada población se lleva a cabo la fiesta patronal y es muy común la de San Isidro Labrador. En ésta, las comunidades colocan en sus parcelas ramos de flores y adornan a los bueyes, mulas y burros con collares de flores.

Las festividades que son comunes a toda la región son la de la Santa Cruz  la cual se realiza en el cerrito del señor del cerrito y la celebración del Día de Muertos.
En la actualidad, los cargos religiosos tradicionales como el de la mayordomía se practica cada vez menos, principalmente entre los jóvenes; son los viejos quienes tratan de mantenerlos. Las danzas que los mazahuas realizan con mayor frecuencia en sus festividades son: la danza de Pastoras, danza de Santiagueros y danza de Concheros.

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